Por Nicole Briones.
«Una mano muy firme contra el terrorismo y la violencia. Y otra mano bien abierta, para poder avanzar con los indígenas en Chile». Con estas palabras alusivas al cuerpo humano, el diputado (RN) Miguel Mellado propone dos líneas a seguir para buscar una salida al conflicto en La Araucanía.
El parlamentario conoce bien de cerca la realidad de la zona. Su actividad política comenzó en 2010 cuando fue nombrado Gobernador de la Provincia de Cautín, luego se desempeñó como Consejero Regional y desde el 2018 comenzó su trabajo en el parlamento. Por este motivo ha mostrado una postura bastante crítica respecto al tema.
Para el diputado, los equipos de inteligencia de las policías «han estado al debe desde que partió el conflicto». También criticó la actuación del exministro del Interior, Gonzalo Blumel, y el coordinador de seguridad de la Macrozona Sur, Francisco Merino.
«Yo llamo a que definitivamente lo cambien y puedan tener a una persona que tenga la experticia y el curriculum que corresponde, para coordinar todo lo que significa seguridad pública», aseveró.
En entrevista con nuestro medio asociado DiarioTV, el parlamentario además se refirió a la responsabilidad de los presos mapuches, la tramitación de leyes en el Congreso y las medidas de presión de los camioneros.
- ¿Qué opina acerca de los hechos de violencia registrados en La Araucanía? ¿Quién o quiénes son los responsables?
Los hechos de violencia se vienen registrando de una manera sistemática y creciente, es algo que ha durado muchísimo tiempo. El Estado desde esa época ha estado en deuda con La Araucanía y no ha logrado terminar con el clima que ha ido creciendo.
Lo que hay en este momento es producto de los presos mapuche, tanto Celestino Córdova como los presos que están en Lebu y Angol. Ellos tomaron una causa contraria a la orden del Estado y empezaron a quemar y tomar municipalidades, en pos de que el gobierno dejara en libertad a los presos mapuche. Ese no es un tema de gobierno, es un tema de la justicia, porque acá todos ellos están pasando por un proceso de prisión preventiva o han sido sentenciados por la justicia. Por lo tanto, han tenido un defensor y hay otros que han tenido un fiscal que los acusó.
En las pancartas colocan la libertad a los presos mapuches, presos políticos que no existen porque no hay presos políticos en Chile. Lo que se produce aquí es un contrasentido porque qué tienen que ver los camioneros, qué tienen que ver los contratistas forestales, qué tiene que ver la pobre gente que le queman (…) según el lonko (Aniceto) Norin corresponden a asesinos y delincuentes.
Es un contrasentido para la sociedad, para las comunidades mapuche que son de trabajo, de empeño, de emprendimiento, que esta gente se tome esta causa sin ser -algunos- mapuche.
- Usted emplazó al ministro el Interior para que aplique «mano dura» en La Araucanía, ¿de qué forma se puede detener la violencia aplicando «mano dura»?
Este mensaje fue dirigido al ministro anterior, al ministro Blumel que le producía urticaria el tema de seguridad pública. El nuevo ministro, a los días de asumir, ya estaba en La Araucanía y con un discurso claro. Hay que decir la verdad, la gente que vive acá queremos trabajar en paz… a ti no te gustaría que en el patio de tu casa entraran a cada rato a usurparlo y a vivir adentro, siendo que es tuyo y está inscrito en Bienes Raíces, eso pasan los agricultores. El lonko Norin dice que está el Partido Comunista detrás, que hay políticos, que hay narcos…
- ¿Cómo califica la actuación del Ministerio del Interior en el tema?
Yo diría que lo que aquí está faltando es aplicar inteligencia, anticiparse a los hechos. La inteligencia ha estado al debe desde que partió este conflicto. Los mandos militares, los mandos de la PDI y Carabineros dicen «sabemos quienes son»… bueno, atrápenlos, adelántense, coloquen inteligencia. A uno le llegan un montón de datos de personas, uno se los traspasa, pero ahí quedan.
Existe un coordinador de seguridad pública que no tiene ni la experticia, ni el curriculum para estar ahí donde está, lo colocaron ahí porque era amigo de Blumel. Yo espero que lo cambien luego para poder tener una coordinación efectiva entre las policías, con la Fiscalía, etc. Yo llamo a que definitivamente lo cambien y puedan tener a una persona que tenga la experticia y el curriculum que corresponde, para coordinar todo lo que significa seguridad pública.
- Los camioneros responsabilizan al Congreso de la violencia en la zona. Ellos aseguran que no se les ha aprobado leyes imprescindibles como la ley de inteligencia. ¿Qué le responde usted a ellos? ¿Por qué no se han aprobado estas leyes?
Ellos están buscando obviamente avanzar en algo que encuentro muy bien, pero aquí en el Congreso las cosas avanzan cuando se colocan urgencia a las leyes. Hemos sacado leyes en una semana entre la Cámara de Diputados y el Senado, porque ha habido una discusión inmediata. Si el Gobierno quisiera haber avanzado en leyes, le hubiera colocado discusión inmediata y hubiera salido rápidamente la tramitación. Cuando el Gobierno quiere sacar una ley se abocan todos los ministros a convencer a los parlamentarios (…) No nos hechen toda la culpa a nosotros.
- ¿Por qué no se han aprobado estas leyes?
Yo digo que hay dos cosas. Una es que hay que colocarle discusión inmediata a las leyes y en segundo lugar hay que pedir a la oposición que deje de ser obstruccionista. Hay cosas que ellos no colocan encima de la mesa y no quieren avanzar, aunque hayan urgencias.
- ¿Qué opina acerca del ultimátum al Gobierno? ¿Es válido?
La Fedesur fue quien puso ese ultimátum, los otros camioneros fueron más cautos y no van a ir al paro, aprecian el diálogo más que las amenazas. Yo creo que ahí hay una división entre los mismos camioneros. Yo creo que hay que conversar para llegar a un buen entendimiento con el Gobierno y poder avanzar en lo que ellos necesitan. Conversando se puede avanzar, sobre todo con los gremios.
A mí me parece muy bien que el Gobierno los haya recibido de inmediato, porque con Bachelet tuvieron que llevar los camiones quemados para que los atendiera. Ese es el cambio que el Gobierno está haciendo; un cambio de tono y de actitud. Eso me parece muy bien.
- Uno de los dirigentes pidió decretar Estado de Sitio, ¿usted comparte esta idea?
Bueno, yo lo pedí antes que él. En los últimos atentado muy graves y donde balearon a Juan de Dios Fuentes en la casa, yo pedí Estado de Sitio. Creo que era el momento oportuno cuando se vieron enfrentados chilenos contra chilenos en Curacautín. Era momento para decretar esto y terminar de una vez por todas con esta violencia, que no corresponde que la gente de Arauco y La Araucanía lo estén viviendo. La gente de paz, la gente de trabajo vive a diario con una violencia inusitada: disparan a camiones, disparan a vehículos, no saben si en la ruta que se está transitando van a haber árboles caídos… Entonces en qué mundo estamos viviendo.
- Una delegación de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU mantuvo contacto con el machi Celestino, ¿usted qué opina de esto?
A mí no me parece bien que vayan primero a una persona que no ha mostrado arrepentimiento de haber asesinado al matrimonio Luchsinger Mackay. Eso para mí no corresponde. Ellos deberían haber ido también donde están las víctimas. Hay una víctima, Roxana Carrut, que está en huelga de hambre hace 15 días y no fueron a verla. Nosotros el viernes enviamos una carta a la expresidenta Bachelet, la Alta Comisionada de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, para que los delegados también pasaran a revisar a las víctimas.
- ¿Considera que es una avance la tramitación del proyecto de ley Juan Barrios?
El Presidente Piñera nos invitó a que estuviéramos presentes, de manera online, en la promulgación del proyecto de ley… Esperamos darle celeridad a la tramitación del proyecto de ley, donde se va a considerar que el camión sea la casa de ellos, por lo tanto, la quema de un camión también sea considerado como la quema de un domicilio.
Es un avance para el momento que se está viviendo y es un homenaje a Juan Barrios, quien fue quemado mientras estaba durmiendo en su camión. Él agonizó casi una semana y luego falleció. Es un mártir de los camioneros y es un gran homenaje que se le puede brindar.
- ¿Cuál es la proyección que hace usted sobre este conflicto? ¿Qué acciones se deben tomar para solucionar el problema?
El cuerpo tiene dos manos. Una mano tiene que ser firme contra el terrorismo y la violencia, lo piden los mapuche y los no mapuche en La Araucanía. Y la mano abierta es para avanzar en la agenda indígena que está parada desde que (Alfredo) Moreno se fue. Esa es importante porque Patricio Aylwin prometió, en el 89 en Imperial, un reconocimiento constitucional, pero esto aún no pasa. Todos los presidentes decían que lo iban a hacer, pero al llegar al Gobierno parece que algo le pasaba al lápiz, porque no pasaba nada.
También está el tema de los escaños reservados, que se espera que lo tenga el Senado luego y pase a la Cámara de Diputados. Pero con quién nos entendemos, hay cerca de 3 mil comunidades de Biobío al sur y hay como 9 mil líderes. Entonces tiene que haber un Consejo Pueblo y después se ve si se va al Ministerio de Asunto Indígenas, porque la Conadi está terminada, no está cumpliendo con la misión, lo que menos ha hecho es hacer desarrollo indígena. Yo creo que por ahí hay que avanzar rápidamente.
Entonces, hay una mano muy firme contra el terrorismo y la violencia. Y otra mano bien abierta, para poder avanzar con los indígenas en Chile. El punto es que nadie ha avanzado. Estos 30 años de la vuelta de la democracia, nadie ha avanzado realmente en esto. Tiene que haber escaños para pueblos originarios, de todas maneras, pero el cómo es lo que se está viendo. Pero también no podemos permitir ni un centímetro de la violencia y el terrorismo que existe en la zona sur del país.