A 12 años de cárcel fue condenado Josué Pérez González, de nacionalidad boliviana, por su responsabilidad en el homicidio de su jefe en 2018, a quien golpeó y luego desfiguró su rostro, dejándolo como el Joker.
En la audiencia, se escucharon los testimonios de los funcionarios de la Brigada de Homicidios y de los peritos del Laboratorio de Criminalística de la PDI que estuvieron a cargo de las diligencias, además de Carabineros y del médico legal.
En la audiencia, la Fiscalía presentó pruebas que permitieron acreditar que el día de los hechos, la víctima, Yerko Sánchez Chau, llegó a su domicilio en Huarasiña, comuna de Huara, en su camioneta junto al acusado, quien trabajaba como peoneta en su camión.
Luego, tras reparar una cerca, ambos hicieron un asado con ingesta de bebidas alcohólicas. Posteriormente, ya en la madrugada, estando ambos en estado de ebriedad, Pérez González se fue a una habitación.
Estando ya en la pieza, el acusado entendió que su jefe intentaba besarlo por lo cual lo golpeó en el rostro y salió al patio en búsqueda de una bloqueta de cemento con la cual lo golpeó repetidamente en la cabeza provocándole la muerte por un trauma craneoencefálico.
Además, y siempre según lo expuesto, con un elemento cortante procedió a realizarle heridas comisurales, una a la derecha y otra a la izquierda de la boca. También le hizo una herida cortante profunda en el abdomen que le causó la evisceración intestinal al fallecido.
Tras cometer el delito, Pérez González sustrajo el reloj de la víctima, además de dos teléfonos celulares y los zapatos. Posteriormente se subió al vehículo del fallecido pero como no sabía conducir, lo chocó en reiteradas ocasiones hasta llegar a la ruta A-565, donde por un desperfecto quedó detenido.
Ahí fue encontrado por personal de Carabineros durmiendo y en estado de ebriedad, arrojando una alcoholemia de 1,09.
Tras presentados los antecedentes, el tribunal resolvió acoger la agravante planteada por la Fiscalía de agregar ignominia al homicidio al realizar el acusado en el rostro de la víctima un corte dándole el aspecto de la sonrisa del Joker, así como el profundo corte abdominal, lo que los jueces estimaron como excesiva, denigrante y afrentosa al honor de cualquier persona.
Finalmente, el acusado fue condenado a la pena de 12 años de presidio efectivo por el delito de homicidio, 61 días por el delito de hurto y 61 días por conducir en estado de ebriedad.