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Columna de opinión del alcalde de Talca Juan Carlos Díaz por centro encarcelado

Bien conocemos aquel dicho popular que reza: “en el camino se arregla la carga”. Y es a lo que nos suena la aparente decisión del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos una vez que, a través de los medios de comunicación, se informa que no hay una definición sobre el futuro del terreno donde se ubica la actual cárcel de Talca una vez que se concrete el traslado de la población penal al ya terminado recinto La Laguna en el sector de Panguilemo.

Esto, basado en la fotografía del momento del sistema penal en el país.

Lamentablemente, el refrán mencionado también denota cierto aire de improvisación e informalidad, que es precisamente lo que está quedando de manifiesto cuando se intenta echar pie atrás a una definición con visión de Estado, donde existe el compromiso que ha traspasado los años, los periodos presidenciales, los mandatos comunales e, incluso, los signos políticos.

La voluntad ha sido y debe seguir siendo devolver a Talca el terreno de la actual cárcel con el fin de llevar adelante proyectos de desarrollo para la comuna. Con la construcción y puesta en marcha de la nueva cárcel La Laguna, Talca estará aportado 2.320 cupos a los más de 4 mil comprometidos por el Presidente Gabriel Boric en su última Cuenta Pública.

Es decir, prácticamente el 50% de la meta autoimpuesta por el mandatario. Entonces, ¿debemos permitir que, ante esa realidad, además nos convirtamos en la única comuna en Chile -fuera de la Región Metropolitana- en tener dos cárceles en funcionamiento? Creo que no.

Además, desde el municipio que me toca encabezar, hemos actuado con la responsabilidad que se debe al concebir iniciativas de largo aliento.

Hemos tocado puertas y logrado las voluntades para avanzar hacia el establecimiento de un centro cívico, para lo cual hemos invertido tiempo y recursos.

Se nos pidió avanzar en un proyecto concreto y logramos llevar a buen puerto un concurso internacional de ideas con una alta participación de equipos de arquitectura de distintos países, del cual se cimentó una propuesta formal.

En este panorama hemos caminado desde la Municipalidad de Talca, de forma paciente pero responsable y es esto último lo que pedimos a todos quienes son parte involucrada en estas decisiones, por el bien de una ciudadanía que exige, al igual que nosotros, certezas para avanzar en un proyecto que beneficia a una comunidad entera, incluyendo a quienes hoy ponen en entredicho una definición con visión de futuro.

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