La Quinta Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez, realizada por la Universidad Católica y Caja Los Andes, mostró que la percepción de la calidad de vida de los adultos mayores tuvo un evidente deterioro después del estallido social.
La encuesta se realizó a fines de 2019 y, en comparación con la encuesta anterior de 2016, por primera vez existe una baja en su percepción de bienestar, revirtiéndose la tendencia de mejora que se observaba desde 2007.
De hecho, el porcentaje de personas mayores que declaran tener necesidades económicas insatisfechas alcanzó 16,8% en 2019, más del doble que en 2016 (este porcentaje venía en una constante baja desde 21,1% en 2007, a 7,6% en 2016: es decir, las personas estaban menos insatisfechas hasta el 2016).
En cuanto a su situación laboral (11, 3% se mantiene trabajando, mayoritariamente las personas que trabajan lo hacen por cuenta propia 79, 3%), existe un tercio de las personas mayores que mencionan seguir trabajando, justificado principalmente por necesidad económica.
En cuanto a quienes no trabajan (68%), la principal razón para no trabajar es la salud, pero seguida muy de cerca por “no le interesa”, o porque se dedica a otras cosas.
USO DE LAS TECNOLOGÍAS
En otro tipo de temáticas, como el uso de tecnologías de la comunicación, las personas mayores incrementaron su utilización y conectividad entre 2013 y 2019; sin embargo, se mantienen las brechas según edad y nivel educacional, siendo los mayores de 80 años y los de nivel educacional más bajo los que menos las utilizan aún.
Llama la atención que la posesión de celular smartphone aumentó considerablemente de solo un 4% el 2013 a 43% el año 2019. Asimismo, 1 de cada 2 mayores señala tener internet en casa y 39% tiene computador o tablet.
Entre las personas mayores que tienen celular, el 85% lo usa para hablar con otras personas; 44% ocupa chat o WhatsApp; 38% saca fotos o videos; 29% mensajes de texto; 29% usa redes sociales.
La realización de trámites por Internet sólo alcanza a un 11%. En cuanto a la evaluación como usuarios, los mayores se perciben a sí mismas como personas que aun cuentan con escasas habilidades para usar las tecnologías y que necesitan saber más para hacer un mejor uso de ellas.