En Chile fallecen cada año unas mil mujeres por causa del cáncer de mama, al punto que se registran unos cuarenta nuevos casos por cada 100 mil mujeres cada doce meses, lo que en la actualidad lo convierte en la primera causa de muerte por cáncer.
A nivel regional, la tasa de mortalidad asociada a esta patología la encabezan las regiones de Magallanes y Valparaíso, con 22 y 19 decesos por cada 100 mil mujeres, respectivamente, cifras que superan a la media nacional, que es de 17 por cada 100 mil habitantes.
Con el fin de concientizar sobre la importancia del autocuidado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 19 de octubre como el día internacional de la lucha contra el cáncer de mama.
La matrona Francisca Aguilar, académica e investigadora de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad de Valparaíso, asegura que estudios realizados en Estados Unidos -aplicables a países con registros epidemiológicos confiables- demuestran que de cada mil exámenes mamarios que se practican, 80 requieren de análisis complementarios, 10 culminan en la solicitud de biopsias y tres terminan arrojando la presencia de cáncer.
“En Chile no tenemos registros precisos de este tipo, pero es factible proyectar esa pirámide simplificada de exploración. Sin embargo, es probable que la situación sea más compleja, ya que en nuestro sistema de salud público el personal adiestrado en experiencia mamaria es escaso y también la disponibilidad para realizar radiografías”, afirma Aguilar.
Por lo anterior, la matrona de la UV afirma que la única estrategia que ha sido demostrada como útil en el diagnóstico precoz de este cáncer es la realización anual de la mamografía, a partir de los 40 años. Incluso es recomendable iniciarlas a partir de los 30 años si existen casos familiares.
“Lo ideal es acudir a un centro asistencial en el que exista una unidad de radiología con especialistas dedicados a la patología mamaria, ya que su detección temprana determinará una mayor sobrevida con una mejor calidad de vida, tratamientos menos complejos y una disminución de los costos al sistema público de salud. Dependiendo del resultado de la mamografía se resuelve dónde derivar a la paciente: a una unidad de patología mamaria o a un especialista. Se debe saber que esta es una enfermedad que está incluida en el GES”, precisa Aguilar.
El cáncer de mama afecta principalmente a mujeres mayores de 40 años, vale decir, plenamente activas en los ámbitos familiar y laboral. Y a nivel general, se estima que una de cada 14 mujeres puede llegar a desarrollar esta enfermedad en alguna etapa de su vida, por lo que la prevención y preocupación son fundamentales para detectarlo en forma oportuna.
Entre los factores de riesgo principales figura la herencia genética, que está presente en un 5% a 10 % de todos los cánceres de mama. También haber tenido lesiones precursoras previas, la exposición a radiaciones, la obesidad, el consumir una dieta rica en grasas saturadas, la escasa o nula actividad física y el tabaquismo.
Esta enfermedad puede incluso afectar a los hombres, si bien su incidencia es baja: 0,1 por cada 100 mil.