El INE informó que en el trimestre julio-septiembre de 2020 la tasa de desocupación alcanzó 12,3%, incrementándose 5,0 puntos procentuales (pp) en doce meses, producto de las reducciones de la fuerza de trabajo en 13,5% y de los ocupados en 18,2%. Por su parte, los desocupados aumentaron 45,6%, incididos únicamente por los cesantes (54,4%).
Según sexo, por cuarto período consecutivo en la serie la tasa de desocupación de hombres (12,8%) es mayor a la de mujeres (11,6%).
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente fue 12,1%, contrayéndose 0,3 pp. con respecto al trimestre móvil anterior, como consecuencia del alza de la fuerza de trabajo (1,4%) y de los ocupados (1,7%), junto con el retroceso de los desocupados (-1,2%).
Las tasas de desocupación masculina y femenina descendieron 0,4 pp. y 0,2 pp., situándose en 12,3% y 11,8%, respectivamente.
Los ocupados tuvieron una disminución de 18,2%, incidida tanto por los hombres (-16,2%) como por las mujeres (-20,9%). Por su parte, debido a la implementación de la Ley de Protección al Empleo, los ocupados ausentes, que representaron el 15,0% del total de ocupados, crecieron 69,7%, equivalente a 455.078 personas.
La reducción de los ocupados fue influida por comercio (-21,4%), construcción (-34,0%) y alojamiento y servicio de comidas (-46,2%), en tanto que por categoría ocupacional los principales retrocesos se observaron en los asalariados formales (-10,9%) y en los trabajadores por cuenta propia (-28,7%).
En contrapartida, los principales incrementos se presentaron en actividades financieras y de seguros (17,3%), administración pública (1,1%) y suministro de electricidad (5,9%).
La tasa de ocupación informal alcanzó 23,5%, descendiendo 3,9 pp. en doce meses. Asimismo, los ocupados informales disminuyeron 29,9%, incididos tanto por las mujeres (-34,0%) como por los hombres (-26,5%) y por los trabajadores por cuenta propia (-32,1%).
En doce meses, las tasas de participación y ocupación se situaron en 53,4% y 46,8%, decreciendo 9,5 pp. y 11,5 pp., en cada caso. Estas tasas fueron levemente mayores en comparación con los tres trimestres previos, confirmando una tendencia al alza en ambos indicadores.
En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo se expandió 28,4%, influida por personas que en su mayoría no estaban buscando un empleo, pero estaban disponibles para trabajar (fuerza de trabajo potencial) y por los inactivos habituales.
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por los ocupados, descendió 24,7%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas decreció 8,0%, llegando a 33,6 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial alcanzó 27,8%, con un incremento de 13,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 25,3% y en las mujeres en 31,1%. La brecha de género fue 5,8 pp.