La versión oficial habla de un peluquero que ingresó al hotel de concentración de La Roja. La presencia del barbero provocó un terremoto en la delegación por –presuntamente- romper la burbuja sanitaria y exponerse a un contagio.
Las réplicas del remezón aún son insospechadas. Las primeras informaciones hablaban de un escándalo. A muchos les recordó lo sucedido en Puerto Ordaz el año 2007 o la trifulca del Tavelli en el 2011. Lo cierto es que el nuevo “incidente” tiene todos los elementos para un capítulo farandulero.
Las noticias que llegan desde Brasil hablan de una “indisciplina”. Todo partió –presuntamente- cuando tres de los cracks (Arturo Vidal, Gary Medel y Eduardo Vargas) habrían requerido con urgencia la presencia de un peluquero.
Para eso contactaron a un mago de las tijeras, de nacionalidad brasilera y llamado Luis Fernando. Este contaba con PCR negativo, algo vital en estos tiempos pandémicos. A juicio de los seleccionados, era el indicado para perfeccionar el look. A pesar de las restricciones y del protocolo que dio a conocer la ANFP a todos los seleccionados –existe una prohibición absoluta de permitir el ingreso de “extraños” a los pisos que el hotel arrendó- el trío de jugadores facilitó la presencia del invitado. Y para demostrar que no tenían nada que esconder hasta subieron a Redes Sociales fotos mientras el fígaro hacía su trabajo.
Pero el escándalo venía. Y con creces. Al enterarse Martín Lasarte encendió las alarmas y citó a los dirigentes que permanecen en Cuiabá a reunión.
«Machete» habló del hecho y dijo que el único acto de indisciplina cometido por el plantel de la Roja en el hotel de concentración en Cuiabá fue el ingreso de un peluquero sin la autorización respectiva.
Al ser consultado por los rumores sobre un supuesto hecho irregular en el que habría 6 jugadores involucrados, el DT dijo que “la única situación de indisciplina que nos tocó vivir fue a la que hemos hecho referencia, no es verdad lo que se dice de seis jugadores de la selección”.
Portero en crisis comunicacional
Claudio Bravo salió a poner paños fríos a la situación y dijo que la situación “es perjudicial, tuvimos fortuna que esto no pasara a mayores. Asumimos el error con las consecuencias”.
“Trabajamos de forma individualizada en el hotel… se asume el error y los que participaron asumen las consecuencias”, aseguró.
El portero añadió que que “los actos de indisciplina están en la vida en general, no solamente en el fútbol. Uno siempre está propenso a cometer errores y lo mejor es aprende. Lo importante es que si te equivocaste una vez, no volver a cometer el mismo error”.
Finalmente, reiteró: “asumimos la equivocación con total personalidad. Si fallas en este tipo de cosas lamentas vidas. Asumimos que nos equivocamos con haber hecho el ingreso de una persona”.
Mauricio Isla, por su parte, fue más claro aún y habló de multas: “Incumplimos normas de la Conmebol, donde claramente hubo multas a nuestro equipo, como tiene que ser, y también multas a lo que es la selección chilena, solamente eso», explicó en conferencia de prensa.