No solo los altos decibeles alertaron a los vecinos de un bar ubicado en pleno barrio Bellavista. Más de ochenta personas fueron sorprendidas en medio de una tocata clandestina en un operativo que contó con la presencia de la Seremi de Salud Metropolitana y un alto contingente de Carabineros.
La jornada musical lejos de toda norma, ampliamente promocionada en redes sociales, contaba con un prolífico bar y una variada carta de comestibles. Lo malo es que el local no tenía las patentes respectivas.
Los asistentes tampoco usaban mascarillas ni respetaban la distancia social. Conclusión: todos acusados de no respetar el artículo 318 que asegura que “el que pusiere en peligro la salud pública por infracción de las reglas higiénicas o de salubridad, debidamente publicadas por la autoridad, en tiempo de catástrofe, epidemia o contagio”.
El capitán Gonzalo Muñozde la 19ª Comisaría de Providencia señaló que «cuando arribamos verificamos que el local estaba funcionando con las patentes vencidas y tenía además un tema pendiente con la ley de rentas. Las personas estaban consumiendo alcohol y alimentos».
Cinco personas fueron detenidas: el dueño del local y cuatro trabajadores que arriesgan presidio menor en su grado mínimo a medio o multa de seis a doscientas unidades tributarias mensuales.