Fue mediante una réplica formal hecha ante tribunales, la senadora independiente Fabiola Campillai pidió desestimar los argumentos del Consejo de Defensa del Estado (CDE) para dejar sin efecto la demanda civil presentada por ella y su familia en julio pasado, en la que pide más de 2.000 millones de pesos como compensación por la pérdida de tres de sus sentidos causada por el impacto de una lacrimógena.
Según La Tercera PM, su abogada María Alejandra Arriaza asegura que de esta manera, el CDE está desconociendo que «la respuesta policial en algunos casos no se ajustó a derecho» en el marco del estallido social, algo que la entidad había reconocido en calidad de querellante contra el presunto autor de las lesiones de la parlamentaria, el exsargento Patricio Maturana.
«La violencia aplicada por diversos grupos de antisociales fue intensa y sostenidamente agresiva en muchos de los incidentes. En base a esa situación es que las instituciones policiales debieron activar todas las competencias y facultades entregadas por el ordenamiento jurídico para hacer frente a esta realidad», arguyó la institución, lo que en su réplica, la senadora pide desestimar por una preocupación de que «pretenda dar un contexto».
Advierte que probablemente «busque justificar el actuar de sus agentes que, en ejercicio de sus funciones, han causado tanto daño a miles de pobladores y a sus familias, como es el caso de los demandantes (…) El contexto que sitúa la demandada es parcial y sesgado, desconoce el derecho a la manifestación y ha criminalizado la protesta social, a la vez que ha minimizado el proceso vivido en Chile». Por lo mismo, reitera que a marzo del 2021 se contabilizaban más de 8.000 víctimas de violencia estatal.
Suma solicitada
En cuanto al monto requerido para ella y su familia, que para el CDE no está debidamente justificado, la réplica establece que «no hay suma de dinero que supla o compense cabalmente el dolor y el daño que experimenta doña Fabiola Campillai Rojas; su proyecto vital y el de su familia cambió totalmente (…) nada hará que recupere los sentidos que le fueron arrebatados, ni vuelva a hacer muchas cosas de las que hacía con antelación a la agresión que sufrió», por tanto, «nos parece que la suma solicitada se ajusta plenamente a derecho».
El documento recuerda que antes del 26 de noviembre de 2019, la senadora era una mujer sana, deportista, voluntaria de Bomberos, y que nunca había estado hospitalizada, y que la grave lesión en su rostro no sólo le quitó la vista, el gusto y el olfato, sino que actualmente sufre de fuertes dolores de cabeza, hay zonas de su cara en las cuales no tiene sensibilidad, «sus dientes los siente templados, tampoco puede hacer movimientos bruscos, levantar peso, ni agacharse», cita el texto.
A la vez, «prima un ánimo depresivo, altos montos de angustia, ansiedad, sudación, palpitaciones, dificultades para respirar, reacciones fóbicas, miedo y dificultades para dormir. Permanece en estado de alerta permanente cuando está en la vía pública por temor a ser nuevamente agredida por Carabineros».
En este sentido, se sostiene que «si bien es cierto que resulta difícil estimar el daño moral, pues no existe suma de dinero que logre compensar ni satisfacer a la víctima directa de los hechos descritos, en el presente caso resulta aún más dificultoso, pues me atrevo a señalar que no existe un caso similar en nuestra jurisprudencia que nos permita tener como antecedente en cual el daño moral revista tal entidad o que sea comparable a las consecuencias que padece doña Fabiola Campillai Rojas».
Al mismo tiempo, defiende que parte del monto demandado pretenda indemnizar a la hermana de la parlamentaria, Ana María Campillai, luego de que el CDE señalara que las compensaciones «sólo podrían beneficiar al núcleo familiar más cercano: padres, hijos y cónyuge», con la abogada afirmando que ella también sufrió una directa agresión, pues ese mismo día «le lanzaron una bomba de humo a sus pies».
Por otra parte, indica que desde el día del ataque, ella debió acompañar en todo momento a su hermana, dejando su trabajo y viendo acrecentadas las enfermedades de base que padecía: «El temor que sintió al haber podido perder a su hermana menor le causa mucha angustia y pesadumbre (…) Desarrolló depresión y tres intentos de suicidio a contar de la agresión», cierra la réplica.