En contra de los deseos de China, la jefa de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, publicó el miércoles un informe muy esperado sobre el trato de China a los uigures y otros pueblos minoritarios musulmanes en la provincia noroccidental de Xinjiang.
“China se opone firmemente a la publicación de la llamada ‘evaluación de la situación de los derechos humanos en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, China’”, escribió la misión de Beijing ante el organismo mundial en una respuesta oficial al informe.
El informe llega el último día en el cargo de Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien anteriormente se enfrentó a fuertes críticas de grupos de derechos humanos y expertos académicos después de una controvertida visita a China a principios de este año.
Hace cuatro años, un comité de expertos de las Naciones Unidas llamó la atención sobre “informes creíbles” de que más de 1 millón de uigures y otras minorías musulmanas fueron internadas en campamentos extrajudiciales en Xinjiang, en el noroeste de China, para “reeducación” y adoctrinamiento.
China inicialmente negó la existencia de los campamentos, luego dijo que había establecido “centros de educación y capacitación vocacional” como una forma de contrarrestar el “extremismo”. Beijing ha calificado las denuncias de violaciones de derechos, genocidio y trabajos forzados en la región como “la mentira del siglo”.
En mayo, durante el viaje oficial de Bachelet a China, el primero de un alto funcionario de derechos humanos de la ONU en 17 años, la alta comisionada dijo que el gobierno le aseguró que el sistema de “centros de educación y capacitación vocacional” estaba “desmantelado”.
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