El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, habló en una entrevista con EFE de la “desesperanza” de los jóvenes y reconoció la “deuda” que el Estado tiene con ellos, tras unos días de intensas protestas estudiantiles en un país gobernado precisamente por un exlíder universitario.
«Muchos de nosotros, nuestro propio presidente o yo mismo, venimos de los movimientos sociales y no nos resulta difícil reconocer las deudas que tiene el Estado en términos de financiamiento de infraestructuras. Nuestro actual modelo educativo está basado en una lógica subsidiaria, en la que no hay una inversión estatal robusta. Mi principal preocupación tiene que ver con la infraestructura escolar. Hoy en día hemos destinado más de 60.000 millones de pesos en reparación (cerca de 65 millones de dólares) y estamos también levantando un catastro de infraestructuras», detalló.
En cuanto a los episodios violentos protagonizados por estudiantes, el ministro aseguró que se trata de un grupo «minoritario». «Hay que deslindar muy claramente entre quienes han optado por el diálogo y otro grupo muy minoritario que ha optado por la violencia, una violencia que detrás no tiene una reivindicación clara, sin petitorios y con la que dañan aquello que quieren defender, como los propios establecimientos. Es incomprensible. Es directamente vandalismo», aseveró.
Detalló además que, «Hemos propuesto desde el comienzo un Ministerio de puertas abiertas. Mi llamado siempre es de apertura, de diálogo, de conversación con aquellos estudiantes movilizados pacíficos que quieren sentarse a un mesa a buscar soluciones en el entendido básico de que los recursos son limitados y hay que distribuirlos de manera equitativa porque también estamos preocupados de las salas de cuna o de los jardines infantiles,», indicó.
Aceptó que se ha visto un aumento de las movilizaciones a partir del día después del plebiscito y frente a eso, «es importante señalar que me deja muy tranquilo el liderazgo que ha asumido el presidente para generar todas las posibilidades para que el Parlamento abiertamente y de manera autónoma pueda ir definiendo esta segunda oportunidad que tenemos para la construcción de esa nueva Constitución», señaló.
En cuanto al «cambio de paradigma en la educación», que el ministro aseguró aplicar cuando asumió el cargo, explicó que consiste en establecer un nuevo contrato social entre el Estado y el sistema educativo y eso implica varias cosas.
«Primero, repensar esta relación en donde las mediciones (sobre la calidad de las escuelas) lo que provocan es una especie de competición. La idea es transitar de esa lógica de competencia a una lógica de cooperación. Escuelas que cooperan más que compiten. Lo segundo, un nuevo trato con el profesorado y lo tercero tiene relación con la revisión del currículum educativo porque el actual es muy extenso, casi inabarcable», afirmó.
Asimismo, aseguró que la condonación de los créditos universitarios, (uno de las principales promesas del programa de Boric), están directamente relacionados con la aprobación de la reforma tributaria.
«Los créditos universitarios se entendieron como una promesa de movilidad social, en la medida en que puedes obtener mejores empleos e ingresos, y eso no ocurrió. De ahí surgió el compromiso del presidente de presentar una medida de reparación, que considere las características de los deudores para de manera progresiva, gradual y justa alivianar esa mochila. Estamos en la etapa de caracterización de los deudores y de la búsqueda de fórmulas», cerró.