Si bien había intentado una restructuración, esta no fue posible. La empresa constructora Arauco S.A. -con 40 años de trayectoria en su rubro- se vio entrampada en pasivos que superaron los $35 mil millones y la justicia decretó su quiebra.

De acuerdo a Diario Financiero, la firma había detallado que sus problemas se debieron a la crisis social y la pandemia del coronavirus.

Arauco S.A. registró importantes obras durante su trayectoria, entre ellas, con Metro S.A.

También ejecutó trabajos con Transantiago, la minería y en infraestructura pública mediante contratos con el Ministerio de Obras Públicas (MOP).

La constructora, al momento de presentar los argumentos para reorganizarse, explicó que los problemas con sus acreedores se agudizaron en 2019, ya que durante el estallido social bajó la producción y hubo obras que se paralizaron.

Luego, con la pandemia, debió enfrentar restricciones sanitarias que impidieron retomar proyectos.

Por todo, Arauco S.A. pasó a engrosar la lista de firmas ligadas a la construcción que se han visto impactadas financieramente.

Por ejemplo en julio de este año la constructora Queylen, con una presencia de 43 años en el mercado, solicitó su liquidación voluntaria. Argumentó deudas que superaron los $44 mil millones. Llegó a tener más de mil trabajadores en algún momento y, al igual que Arauco S.A., explicó que sus problemas se acrecentaron luego del estallido social y la crisis sanitaria.

En las últimas semanas, BioBioChile y Radio Bio Bio detallaron algunos problemas específicos que estaba teniendo la constructora Cosal con obras viales en Los Ríos y Los Lagos.

En ambas regiones la empresa estaba ejecutando la remodelación de calles de alto tráfico.

Sin embargo, los retrasos en los trabajos y la desvinculación de trabajadores empezaron a dar una señal clara: Cosal no estaba cumpliendo los plazos pactados en los contratos porque había iniciado su proceso de liquidación voluntaria.