Este lunes Rodrigo Rojas Vade comunicó a través de un video su renuncia a la Convención Constitucional tras su polémica declaración en la cual reconoció que nunca tuvo cáncer.
Al respecto, Rojas Vade señaló que «hago este video para comunicar mi renuncia a la Convención Constitucional, ya que no volveré a asistir, conectarme de forma remota o participar de ninguna otra votación, independiente de mi estado de salud».
Asimismo, dijo que «su rol es demasiado importante como para ser una dificultad en su funcionamiento o resultado. Desde ya, manifiesto mi anhelo de que sean 155 los que defiendan el proyecto de Constitución Política que entregarán al país para su ratificación para dejar atrás a la nefasta Constitución de 1980, al igual que los millones que salieron a las calles desde el 18 de octubre y han defendieron el proceso para llegar a ella. Mi compromiso siempre ha sido real».
«Aunque ya lo he dicho, quiero pedir disculpas a todas las personas que se han sentido traicionadas, he cometido errores muy graves, pero ningún delito: mi enfermedad es real y el dinero que recibí en una actividad solidaria fueron destinados a solventar deudas adquiridas por mis problemas médicos. No soy delincuente, soy alguien que se equivocó. No busqué privilegios ayer, no lo busco hoy», agregó.
«No invoco fuero ni lo voy a hacer y estaré protestando en las calles cada vez que lo crea necesario.
De igual forma, no aceptaré dinero por los días en que no trabajé sin justificación y tan pronto exista el mecanismo para presentar mi renuncia formal, haré uso del mismo», manifestó.
También indicó que «no trabajaré en la Convención y presentaré mi renuncia, porque la nueva constitución debe reflejar un país digno, donde quienes cometen errores, los reconocen y asumen las consecuencias».
Cabe señalar, que el pasado 4 de septiembre Rojas Vade confesó no estar enfermo de cáncer: «Cometí un terrible error, no fui honesto ni con ustedes ni con mi familia. Mentí sobre mi diagnóstico. No tengo cáncer”, señaló».
En ese momento, manifestó tener un diagnóstico que le había costado trabajo reconocer y que lo ocultó «para no enfrentarme al estigma social, a la crítica, para no dañar a mi familia y para intentar proteger el poquito de autoestima que había logrado construir después de aceptar que era homosexual”.