Este jueves 16 de diciembre se confirmó la muerte de Lucía Hiriart, viuda de Augusto Pinochet, a la edad de 99 años.
Por años fue la mujer fuerte, mano derecha, sostén y confidente detrás de la figura de Augusto Pinochet en el destino del país durante la Dictadura Militar (1973-1990).
Desde el 11 de septiembre de 1973, Hiriart, que nació el 10 de diciembre de 1922, se transformó en la Primera Dama del país y, según cercanos a la familia, tuvo injerencia en altas decisiones del ese entonces Mandatario.
Madre de cinco hijos, oriunda de Antofagasta, Lucía Hiriart conoció a Augusto Pinochet en 1941 cuando el militar solo alcanzaba el rango de subteniente. Pese a la oposición de su familia, ambos iniciaron una relación que se concretó dos años después al contraer matrimonio.
Historiadores y conocedores de su historia amorosa afirman que Lucía era una mujer frívola, de gustos exclusivos y de trato áspero incluso con Augusto Pinochet. Desde el inicio de la relación ella no habría estado conforme con su bajo rango militar, lo que habría llevado al general a escalar en la institución castrense.
Algunos incluso aseguran que el Golpe Militar y la traición de Pinochet al Presidente Salvador Allende fue apoyado por Lucía Hiriart y luego, tras la toma de poder, estaría tras algunas decisiones que adoptó el Comandante en Jefe del Ejército.
Hiriart jugó un importante rol durante la Dictadura. Sus apariciones públicas siempre estuvieron ligadas a las obras realizadas por las instituciones que dirigió y a la defensa irrestricta de las acciones del Gobierno encabezado por su marido.
Durante su rol como primera dama, encabezó la construcción de centros de ayuda a las personas de bajos ingresos. La institución insigne de su labor fue CEMA Chile, de los Centros de Madre de los años 70 y 80. Para algunos, una labor social. Para otros, una forma de blanquear los horrores de la dictadura.
«Yo creo que no necesitamos modificar ninguna imagen, porque creo que todos los chilenos con el corazón bien puesto, saben quien es Augusto Pinochet Ugarte», señalaría Hiriart al respecto en una entrevista.
Con el cambio de mando y la transición a la democracia, Hiriart continuó ligada a actividades sociales y culturales. En octubre del año 1998, en tanto, viajó a Londres para acompañar a Augusto Pinochet durante su detención, la cual se extendió por 503 días.
Respecto a ese proceso de detención, la propia Hiriart entregó detalles de cómo se le comunicó a Augusto Pinochet, dado que se encontraba internado en una clínica británica.
«El médico y sobre todo el anestesista, insistió mucho en que Augusto no podía darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Porque cuando lo fueron a molestar, a informarle, estaba dormido con algún calmante, y no supo nada, eso fue la cosa más injusta y horrorosa que puede pasarle a una persona«, señaló.
Tras esto, agregó que «después, cuando hubo que decirle, el general (Oscar) Izurieta fue quien se lo dijo, porque nosotros entendimos que de militar a militar se entienden mejor, pero estaba toda la familia presente, ante el temor de que le hubiese podido dar un ataque cerebral o algo al corazón ante la impresión de lo que estaba sucediendo».
Tras el regreso a Chile, la familia Pinochet tuvo que enfrentar varios procesos judiciales relacionados con presuntos fraudes. En 2005 Hiriart recibió una querella por el Servicio de Impuestos Internos por presunta evasión tributaria por un monto 2,3 millones de dólares en el marco del caso Riggs. Pese a que estuvo en prisión preventiva solo un día, los tribunales revocaron los procesamientos en su contra.
En octubre de 2007, el ministro en visita Carlos Cerda dictó su encausamiento y arresto junto a sus cinco hijos y otras 17 personas por el delito de malversación de fondos públicos. Sin embargo, la Corte de Apelaciones la absolvió. El mismo día, fue ingresada en ambulancia al Hospital Militar de Santiago, en donde fue internada en múltiples oportunidades desde entonces.
Su última aparición pública fue en el año 2015, con motivo del natalicio número 100 de su marido Augusto Pinochet.