La encuesta aplicada recientemente revela que un 36% de sus participantes, este año indicó que las Fuerzas Armadas “tenían razón para dar el Golpe de Estado”. Se trata de un aumento de 10 puntos porcentuales respecto al mismo estudio realizado en 2013, cuando un 16% justificaba la dictadura.
Se trata de números idénticos a los de hace 20 años atrás, cuando también un 36% de los encuestados justificó la asunción de Pinochet en el poder.
En contraposición, este año sólo un 41% de quienes participaron del sondeo opinó que “nunca hay razón para dar un golpe”, 17 puntos porcentuales menos que en la misma medición realizada en 2013, cuando un 68% se manifestó en esa línea.
Dentro de las principales conclusiones, el informe indica que a treinta y tres años de la reinauguración de la democracia y a cincuenta del golpe militar de 1973, en Chile el pinochetismo se valida en medio de la crisis social, política y económica más importante desde el retorno a la democracia.
Cómo miran los chilenos al dictador, Augusto Pinochet
El documento refleja cómo los chilenos, entonces y ahora, miran a Augusto Pinochet, su dictadura y el golpe de Estado en Chile, en base a un análisis de encuestas de opinión pública recolectadas en el Barómetro de la Política CERC desde 1987. Corresponde al monitoreo más largo que existe desde el fin de una dictadura y durante una democracia en el mundo occidental.
Pinochet recupera imagen y la dictadura no es condenada unánimemente. De hecho, un tercio de las y los chilenos hoy opina que los militares tuvieron toda la razón de hacer el golpe de Estado y solo un cuarto de la población del país expresa que el régimen militar fue malo, de manera categórica.
Incluso la crítica de los jóvenes es moderada. Mientras el 51% de quienes sí vivieron la dictadura la relativiza, indicando que “en parte buena y en parte mala”, el 40% de los menores de 35 años expresa una opinión blanda hacia ella y un tercio (29%) dice que fue “solo mala”. En consecuencia hay una justificación de golpe y una demanda autoritaria.
Según Marta Lagos, directora de MORI, esto habría resultado porque en los noventa “los demócratas chilenos, en el afán de no polarizar y no producir conflicto, de no poner el problema dónde está, fuimos dejando que la barrera entre la dictadura y la no dictadura se diluyera. Permitimos esta visión blanda de la dictadura como si fuera válida. Pero no es válido decir que una dictadura que mató, que torturó, etcétera, hizo algo bueno”.
En consecuencia, el estudio revela que no existe en Occidente ningún otro dictador que haya sobrevivido el paso del tiempo como lo ha hecho Augusto Pinochet, recuperando imagen a los 50 años del golpe militar. “Encontrar que la dictadura es buena es aceptar que los valores democráticos son movibles. Eso no es aceptable. Nosotros hemos creado esta situación y para los 50 años del golpe lo mínimo es que podamos hacernos cargo de esto”, alerta Lagos.
Para la directora de MORI “estos datos explican muy claramente que los 5 millones de votos del Partido Republicano no son casualidad de la historia, sino consecuencia de la validación del pinochetismo. No es un fenómeno pasajero, sino que se ha venido formando a lo largo del tiempo”, sentencia.
Otros datos del Informe
Otra importante conclusión tiene que ver con que el nivel educacional y la clase social es la que más discrimina en el conocimiento sobre el golpe de Estado de 1973. Mientras un 80% de los que tienen educación superior dicen saber mucho y algo, solo el 40% de quienes tienen educación básica indica tener conocimiento sobre el hecho. Además, el 59% de la clase baja indica tener información sobre el golpe frente a un 78% de la clase alta.
Finalmente, cerca de un 60% de las personas manifiesta que no se han superado los problemas que dejó la dictadura. Lo que para los gestores del estudio es indicación de que no existe aún reconciliación.
La presentación del informe “La opinión pública sobre la «Era de Pinochet» 1973 -2023” forma parte de las múltiples actividades que está realizando Fundación Chile21 en el marco de los 50 años del golpe de Estado “para apoyar la reflexión y contribuir al análisis sobre las deudas históricas y las ausencias en temáticas de derechos humanos”, señaló su director ejecutivo, Daniel Grimaldi.