Gran polémica ha causado en las últimas horas la presencia de escoltas fuertemente armados en que custodian el féretro de Pablo Marchant, miembro de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) fallecido durante un supuesto enfrentamiento con Carabineros.

Cabe hacer notar que Marchant murió tras un confuso incidente con la policía uniformada el pasado viernes en Carahue. Su fallecimiento se produjo por un disparo de parte de Carabineros en la faena de Forestal Mininco en la comuna de Carahue. Según se informó el comunero lucía ropa oscura y un fusil M-16. Lo anterior es materia de investigación del Ministerio Público.

El velorio, que se realiza al interior del exfundo Pidenco, entre Lumaco y Capitán Pastene, está en el centro de la atención, tras ser difundidas imágenes que encapuchados en el lugar del velatorio portando armas de grueso calibre. Los

Héctor Llaitul, líder de la CAM, confirmó que la muerte de Marchant ocurrió en la comisión de un acto de sabotaje a la faena forestal .

Desde el Gobierno informaron que presentaron una querella por Ley de Control de Armas, luego de que se conocieran las imágenes del funeral.

«Hemos presentado una querella para que la Fiscalía actúe de oficio justamente por la ley de control de armas porque son armas que están prohibidas y no deben usarse bajo ninguna circunstancia, ni siquiera en un velorio», manifestó el ministro del interior, Rodrigo Delgado.

En esta línea, insistió señalando los hechos que se observan están «muy lejos de cualquier reivindicación de cualquier causa que pueda ser plausible, que pueda ser y tener un componente moral».