Rodrigo Valdés, exministro de Hacienda del último gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet, confirmó que votará Rechazo en el Plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre de la nueva Constitución.
“En política, el peso relativo de cada argumento es subjetivo. Personas que estimo y admiro concluyen lo opuesto a mí con, prácticamente, la misma información. A diferencia de ellos, considero que es mejor para Chile rechazar la propuesta constitucional en el Plebiscito del 4 de septiembre”, manifestó en una columna publicada en El Mercurio.
Para Valdés, «los problemas son varios», y algunos ya fueron identificados en el acuerdo de reforma de los partidos del oficialismo. «Por ejemplo, la importancia de restablecer la iniciativa exclusiva del Presidente, eliminar la reelección presidencial inmediata y precisar el rol del consentimiento indígena. Son cambios que reducen la probabilidad de que extraviemos el rumbo”, explicó.
“El mayor problema de la propuesta constitucional quizás sea aquello que no logró plasmar: el sistema político será tanto o más disfuncional que el actual. Las causas de este error, me parece, son tres: escasa reflexión previa; cierto desprecio por el rol de los partidos y la política tradicional; y un diagnóstico incompleto, o derechamente incorrecto, sobre el ‘exceso de presidencialismo’”, planteó.
Recalcó que “si el poder del Presidente fuera tan grande, como se sostiene, habríamos visto a los últimos gobiernos implementando sendos programas. Pero pasó lo contrario: fricción e inacción. El problema, más bien, parece ser la fragmentación, la abundancia de partidos y las dificultades para formar mayorías sólidas. La propuesta constitucional no ofrece nada para solucionar esto. Y el acuerdo de reformas solo se compromete a ‘analizar’ el sistema político para ‘lograr un mejor equilibrio”.
Detalló que la nueva Constitución no guarda relación con la idea de reformar la actual, sino con la convicción de que Chile necesita una nueva Constitución y de que se es capaz de elaborar una que pueda ser aprobada ampliamente en un plebiscito de salida.
El exsecretario de Estado agregó que “necesitamos una nueva Convención, paritaria, quizás menos numerosa, con representación indígena, elegida popularmente con reglas que faciliten acuerdos; y que trabaje alrededor de seis meses, sobre una nueva hoja en blanco y con dos tercios de quórum de aprobación. Un sistema de listas nacionales bloqueadas y cerradas podría dar cabida a más expertos y ofrecer más transparencia respecto de qué ideas hay detrás de cada plataforma”.
“Necesitamos que la derecha no se parapete a partir del 5 de septiembre. Espero no pecar de ingenuo al confiar en que colaborarán para que tengamos una nueva Convención”, opinó.
“En economía se enseña que una opción tiene un valor intrínseco que se pierde una vez que se decide no usarla. Si se aprueba la propuesta constitucional perdemos la opción de escribir una que sea la piedra angular de un nuevo y amplio pacto social”, añadió.